LEONARDO DOLENGIEWICH - La buena cocina

LA BUENA COCINA
Leonardo Dolengiewich


   Parece que no les gustó la cena porque me secuestraron en la cocina, me cortaron una mano y prepararon un guiso con mi propia carne. A punta de pistola, me obligaron a comerlo.

   Debo admitir que son buenos cocineros: al fin y al cabo terminé chupándome los dedos.




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HABLE CON ELLA
Leonardo Dolengiewich


   Mamá me explica que esos ruidos que escucho por las noches son las almas de mis abuelos, que me protegen. Papá, en cambio, me dice que debe ser el viento. 
   

   Cuando le comento lo que dice mamá, papá se enoja y me grita que no puede ser, que mi madre no podría decirme eso.   Yo no entiendo cómo puede estar tan seguro, si hace años que no habla con ella. 
   

   Desde que la enterramos, mamá sólo me visita a mí.

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 SELECCIÓN NATURAL
Leonardo Dolengiewich

Existió un bicho bolita claustrofóbico. No duró mucho.
 
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 UNA VEZ MÁS
Leonardo Dolengiewich


   Soy un elegido porque, como los de mi especie, puedo hacer borrón y cuenta nueva en mi existencia, dejó escrito el loco que se creía gato antes de suicidarse por tercera vez.

 
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 BUENA PERO NO TONTA
Leonardo Dolengiewich


   Dédalo, enamorado, ingenioso y retorcido, se disfrazó de toro y montó a la vaca de madera. Pasífae, amiga generosa, se dio cuenta inmediatamente de lo que estaba sucediendo pero no se quejó. Tampoco volvió a pedirle favores al artesano.